A pesar de que los contactos del pueblo yanomami con la sociedad dominante iniciaron hace más de dos siglos, a consecuencia de la colonización de los portugueses en el Amazonas y el Río Negro, estos permanecieron relativamente aislados en territorios de refugio, hasta mediados del siglo pasado (década del cincuenta) cuando comenzaron contactos más directos y permanentes con población no indígena. Expertos en los Yanomamis como Lizot y otros afirman que los Yanomami migraron de la zona entre Río Blanco y el Río Negro en Brasil, y de alguna manera se refugiaron en un territorio más seguro como la Sierra Parima, cadena montañosa entre Venezuela Brasil. Tras este asentamiento se dieron ciertas condiciones para que la población Yanomami creciera númericamente y se expandiera hacia ciertas zonas del Alto Orinoco y sus afluentes.
A mitad del siglo
XX los Yanomami mantuvieron encuentros tensos y no amigables con criollos
venezolanos y brasileños que se internaron en su territorio para la explotación
cauchera, los cuales conducen a varios enfrentamientos violentos con saldos de
personas muertas y el rapto de otras por parte de los Yanomami. En la segunda
mitad de dicho siglo sobre todo a partir de la década del cincuenta, se realiza
la expedición venezolano-francesa que descubrió las fuentes del Orinoco y se
comienzan a establecer en el territorio Yanomami, un grupo de misiones
religiosas que representan la primera presencia permanente y estructurada de
personas no indígenas con actividades directas en la zona; en consecuencia los
contactos son cada vez más crecientes entre estos y las comunidades Yanomami
ubicadas en áreas de difícil acceso
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