
Utilizan la sustancia tóxica de
unas plantas para impregnar las puntas de sus flechas. Este veneno (curare)
paraliza al animal cazado sin alterar su conciencia ni la sensibilidad.
Las mujeres se adornan atravesando
con un palo pequeño su tabique nasal y las comisuras de los labios. Utilizan
también pinturas corporales. La etnia lleva siempre el mismo corte de pelo, con
flequillo y la coronilla rasurada (estilo capuchino). Las cicatrices son
muestra de valor y madurez. Tienen una pequeña estatura y sólo se visten con un
cinturón tubular los hombres y un pequeño fleco las mujeres.
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